En Semana Santa fuimos a ver a una amiga y estuvimos haciendo turismo por las cercanías. Toledo queda a menos de una hora de San Martín de Valdeiglesias, donde vive ahora nuestra amiga y pasamos por allí. Maravillosa, mágica, histórica, con duende, un gusto para los sentidos y para encima ni siquiera es muy cara. Sin más palabras. Sólo recomedar que ahora que el Alcazar está todavía cerrado no desistaís, se puede subir al último piso de la Biblioteca del Estado, que está allí y en la cafetería disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad.
No os la perdais si no la conoceis. No tendrías perdón.
No os la perdais si no la conoceis. No tendrías perdón.
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